ROMPECABEZAS A DOS TIEMPOS
Déjame cortar tu cuerpo y meterlo con gran destreza en el mío.
Tomar sin que pueda alegarse alevosía, un poco de ese sudor estridente, deshacerlo entre mi boca y contar con la saliva uno a uno tus átomos desintegrándose en este éxtasis clandestino…
Tengo cada uno de tus dedos en mis bolsillos y aunque sin vida, parecen hurgar sin desatino el lugar que a ambos nos complacía llegar todas las tardes.
Has dejado de emitir ese aliento nauseabundo que te caracterizaba, el sopor del tabaco mezclado con el vino corriente que nos media el tiempo a sorbos, y que irremediablemente se fundió en ti para ser la tinta que naufragaba en eso que llamaste poesía y que hoy con los retazos de tu cuerpo he construido. Un poema frágil, inútil y semidormido. Una conjugación de verbos hechos piel y carne, que al final de la jornada van a condensarse en nada, en polvo al polvo, tierra a la tierra y tu cuerpo a mi cuerpo.
Quedan solo estos huesos torpes que son aún el mapa que destruyo para no encontrarte, una huella que va marcando un sitio exacto para retomarme hacia tu destino, pero pareces dormido con un morado fuerte que se toma tus labios cerrados por la risa. Y te invoco desde el llanto reclamándote a la muerte, esa misma a la que te lleve, en mi forma más sincera de hacer contigo un poema y ser los dos ese verso inmóvil que llaman Amor.
Natalia Cruz
Comentarios
(eso si, la puntuacion es escasa... pero fue un intento)
nathalia
A Cuervo