RALENTÍ DE SIN AFUERAS
Romper lo que alcance a la mano
Asfixiar el puñado vidrioso y que corte
Luego verter las manos sanguíneas en el agua
Y recordar cualquier infancia
El rojo-rojo va transparentándose
Va ondeando espeso en la liviandad de la lluvia
Porque es un día paramoso y las manos borboteantes y abiertas van coloreándolo
Por otro lado, los pies ateridos y ensortijados de hojarasca que la lluvia engorda
También desnudos y pálidos
También venosos y palpitantes
(Para ellos sería brasas ardientes,
Pero habitamos el escampado de un día paramoso)
Resignados, van hundiéndose terrosos y pesados como bueyes
Como gigantes dóciles y cansados, y quedan sepultados
Por último, el peso debilitado va gravitando
La mirada presa de náusea va nublando la caída
Las tramoyas de lluvia ralentizan el vértigo
y embellecen la inercia embebida del cuerpo
Sonidos submarinos y goteantes cuando cae…el cuerpo henchido y fulminado
Se han embarazado gototas en mis ojos…
…sin afueras, entre charco rojo-rojo y el sueño, voy cerrando el corazón,
Olvidando este mundo indigesto y atragantado
Este mundo vaciado-antediluviano
Queda mi muerte…
Anegada de un llanto involuntario
Andres Cuervo
Comentarios
gran poema
Nathalia c