Borracho 4am
Bebe del vaso, amargo
sorbo que fulmina la
que era impenetrable
búsqueda de la locura.
Estaba solo. Miradas.
Se confunden entre risas
y humo de perversión.
Compañía. Jeans apretados.
Invitación a un trago.
No esta solo. Cruzan miradas
sin palabra. Ella se dirige
al baño, dándole oportunidad
de pensar, planear,
calcular el siguiente paso.
el espera a que se demore
lo suficiente para poder
encontrar las palabras
precisas. No se tomo el
tiempo suficiente.
Ocupaciones. El. Poeta de
anden. Fantasmagórico
vago. Malas intenciones.
Ella. Vendedora de
productos de belleza.
Inescrutable aventurera.
Las mismas malas intenciones.
Dos, tres tragos de la
botella. Aun no hay propuesta.
El va al baño. Son escasos
cuatro metros de distancia,
sigue buscando palabras,
se mira al espejo. Habla
(o mejor balbucea) Moja su
cara, como símbolo de
decisión. Sale, mira en
rededor y se fija en
la mesa que está sola. Un par
de botellas vacías y la
cuenta paga.
Camilo Herrera
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