De los que gustan de rompecabezas teatrales: Uno de 2 piezas y 1 acto

Erotismo, cada palabra dicha revela la proximidad casi de fuego que no me permite callarme y conmigo ir dejando una estela, un camino de lumbres que se persiguen; cada palabra no dicha, acabada en su silencio, apenas se le presiente y los labios que no encuentran su fruta madura, su bagazo de tanto remolerlo en los recintos secretos y cerrados.

Sensualidad, e ir rezumando como un líquido tibio cada pliegue que lo esconde y se lleva en espiral la sombra de la mano perseguidora… las palabras, que pesadas de tanto ir postergándose, van inmóviles, volviendo palimpsesto, al fulano objeto del deseo.


Voluptuosidad… cada cosa perseguida va dejándose alcanzar, cuando ya las periferias hambrientas van mordiéndose los montes, aruñando estribaciones, y las manos auscultantes, temblorosas y febriles, triunfan sin saberlo,

de tanto intuir la nada de su búsqueda,

trascienden tal vacío,

imaginan soledades,

en su rápido engranaje,

su moldura sin usar.


Creo que hacia el sexo transitamos, lugar común y habitar de todo preludio, obscureciendo todo deseo, en una bella muerte van haciéndose invisibles, claro, los cuerpos. Y claro, la lucha y su consabida metáfora dialogante, desnuda.

Carnosidad, los cuerpos desusados, vencidos en par, naturaleza asesinada.

(Las redes recogen sus cabuyas, como la red de un pescador que de madrugada, recoge sin peces y en silencio el enredijo, fosforeciendo las escamas en el espejo del río claro oscuro)


“Tal silencio, nacido, muerto y renacido sin mancha, de una muerte que no le fue sabida”


Tal desuso, deshora, y orgasmo, por supuesto; creo que me gustaría que apareciera junto contigo, tu nombre bruñido sobre las paredes, en estos recintos que van clareando con alguna luz que el sueño no permite distinguir, algún fuego lejano, la filigrana parpadeante de alguna persiana; un dibujo rupestre, y dejar que las huellas y alguna tierna sangre mezclada con lluvia, vayan dibujadas, coloidales, coagulantes, llevándose el secreto hacia la roca, que se lo trague la montaña, que al grito barbárico lo tributen desde lejos, que las luces artificiales se vean desde alguna ventana, y que tal grito, se confunda en el graznar de algún pájaro que rompe al amanecer, en un acto simultáneo, el acto llevado a buen término, las cosas dichas y las otras también.

Andres Cuervo



Comentarios

Un tono poético muy apropiado para el texto, lleno de imágenes más allá de las que acompañan las palabras (a proposito, muy buenos los 3 cuadros).

Saludos!

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