PLACERES AGOTADOS

Consumido en el azar del impasible correr del tiempo,
Acostumbrado al cigarro en las manos,
Espera H en la estación del transporte público.

Una ciudad que ha malgastado sus trucos,
Abominables lagartos de metal succionan los cuerpos,
F frota sus manos en pro de un poco de calor.



Hace más de 9 meses que H y F contemplan posibilidades,
El futuro les arroja migajas de otros en forma simultánea,
Poco a poco el cancerígeno placer se ha ido agotando.


F no siente los agudos latidos en su corazón como tiempo atrás,
H agota su paciencia en la espera del ómnibus que lo lleve a dormir,
Todo está preparado para desahuciar treinta años de confidencias.





F prepara el discurso del no más,
H alista las monedas para pagar,
El cielo encamina sus nubes obscuras de tormenta.

Papel y lápiz contienen los años de abnegada presencia de F,
Las piernas de H no responden tratando de alcanzar las ruedas y el acero,
La banda sonora de los truenos abrigan los dos corazones dudosos.

H decide caminar hasta lo que ha llamado desde hace mucho Casa,
No sabe que acaba de aumentar el plazo al enfermizo fin,
Preocupada por el extraño retardo inusual en treinta años F llora.

La atmosfera grisácea compra por muy poco unas cuantas gotas de lluvia.

H ajusta su gabardina protegiéndose de la inclemencia,
F enjuga sus lágrimas y pide a su cuerpo firmeza en su decisión,
Los charcos se convierten en océanos gracias a la basura.

H busca refugio en los techos salientes de las casas embarradas,
Con pañuelo en mano F se acerca a la ventana mirando las fuertes gotas,
Desértica la ciudad acompaña estos seres evitando su mejor momento.

Dobla la esquina muy pegado a la pared para evitar manchar la ropa,
Reconoce una figura doblando la esquina y sabe quién es,
Ha llegado el instante que se quiere fugaz y se antoja lento.

No alcanza a golpear H cuando la puerta se abre recibiéndolo,
F apresura su ida a la puerta para ver a ese que amó pero hoy abandona,
Puerta, madera, lluvia, barro, despedida, abrazo.

El no encuentra razones del abrazo pero olvida su enfermizo día.
Ella olvida sus ansias de adiós y encuentra a H mojado y cálido.
El diario y su contenido aguardaran otra oportunidad del adiós.

CAMILO ANDRES

Comentarios

Unknown dijo…
Tocando fibras nostálgicas.

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