El salto del Tequendama


Caen sus aguas negras
70 metros hacia abajo.
surge de su ser una melodia
que inquieta, fruto del choque
vengativo con la piedra.

De su vida brota el aroma
a mierda de un millar de humanos,
y en uno de sus lados,
presta ayuda a los desesperados.

Arrastra en sí mismo el sentido
de la palabra fatalidad.

Aunque metafóricamente,
y con las licencias que dan
las letras:
Es simbolo mismo de superacion,
pues sus aguas caen aún con
la misma bravura apocaliptica de
antaño.

Vivirá con la tenazidad
de un dios malgeniado,
mientras yo continúo el ruego
para llegado el tiempo,
inunde abriendo
los brazos,
las sequías morales
que habitan a sus costados.


Edison Díaz

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