POEMA, POESÍA Y GUERRA



Esta tierra está más llena de desamparados, que de enamorados.

Niños semidesnudos, corriendo río abajo, un tinto en la parrilla,

Música suave, y no hay nadie enamorado, por favor.

Ahora se ahorra el amor, se da a cuentagotas, no miras.

Dos perros apareándose en plena calle/

Ese es el amor que nos dejaron a los pobres,

Porque en las grandes mesas, los dioses se masturban

Sobre las diosas. Y se lamen los cuerpos aun crepusculares

Por el orgásmico desdén.

Nosotros vemos perros apareándose, sin un solo beso.

Y ese es el amor que nos dejaron, además del polvo que ama nuestras fachadas.

Niños río abajo, amarillas sus aguas, me miran con timidez,

Pero es que los tímidos somos todos, cada uno, deletreados.

En la mesa una de las diosas empuña la verga de su dios, y lo blasfema/

En casa, la comida corta, da para hablar después del sexo/

Estamos en una tarima, mugrienta, amparada por gatos bicéfalos,

Un auto bus inspira a mi amigo, y yo me subo y lo vomito todo.

Te empujan dos tipos que huelen a mierda.

Una mujer con un niño en brazos se limpia con cuidado el labial

Que desvió de sus labios.

Dioses y diosas empalagados de tanto sexo, se limpian las entrañas

Se dan las gracias por la velada, se montan sus ropas y salen/

Tomas el libro de las páginas amarillas, y quieres hacer una llamada al azar,

Pero por la A, no hay nadie de ese apellido: azar.

Que poco enamorados somos todos, menos los perros

Ellos si que se aman,

Calle arriba

calle abajo

se huelen, a veces se miman, se rozan los hocicos.

Y se enamoran tanto, que muerden a cualquier peatón,

Como esa señora que pasa ahora, y sin querer, toco con la rodilla

A la hembra en celo, de un galán negro enrazado con pitbull,

Y nada pasa, solo bulla.

Las bocas de las diosas, quedan todas amargas de semen.

Y el rímel se les corre, y se sienten mujerzuelas.

Las mujerzuelas, se sienten diosas con un tipo entre sus piernas

Llámese como se llame, eso es cambio de papeles,

Más drama y menos actrices

Vamos despacio, la situación es esta:

Dos hombres armados, que huelen a mierda,

Dos perros amados, amándose en los andenes

Dos dioses saciados, y un par de diosas sádicas

Un conjunto particular

De violadores abstemios.

Obviamente, falta el borracho patibulario,

la señora que se quita la caja de dientes antes de copular,

Y de nuevo la escena de niños corriendo río abajo,

De cacería, sin creer una sola palabra, así son todos, en todas las mesas.


Edison Diaz

Comentarios

Anónimo dijo…
¡qué forma de escribir Edison! se engancha a la realidad más subjetiva y concreta, no la desfigura. Me gusta como escribes.

¿Cuáles serían las predicciones en un mundo de completos enamorados?...jumm...en el instante mejor no pensarlo. Prefiero seguir bebiendo de esta copa el néctar de los poetas de anden.

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